El aceite de girasol es un aliado para nuestra salud gracias a sus cualidades antioxidantes y propiedades terapéuticas por ser una rica fuente natural de vitamina E. Esta vitamina es esencial para muchos procesos que se dan en nuestro organismo. Como nuestro cuerpo no tiene la capacidad de producir la vitamina E, es esencial que esté incluida en nuestra alimentación.
La deficiencia de vitamina E por ingestión insuficiente es poco común en la población en general. A pesar de ello, insuficiencias genéticas de la proteína (TTP) y/o una inadecuada absorción o ingestión de materia grasa pueden provocar la falta de vitamina E en el organismo.
La falta de vitamina E en el organismo puede causar neuropatía periférica, daños en el sistema nervioso periférico (nervios periféricos) y en el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Sus síntomas pueden ser diversos una vez que son específicos de los nervios afectados pero, en su forma más común, provoca dolor y somnolencia (hormigueos) en las manos y en los pies.
Otros síntomas de deficiencia de vitamina E incluyen pérdida de la coordinación y equilibrio que, en casos graves, tiene como consecuencia la pérdida de la capacidad de caminar (ataxia espinocerebral), debilitamiento y atrofia de los músculos unidos a los huesos, como el muslo y los músculos de los hombros (miopatía esquelética), lesiones de retina y progresiva reducción del campo de visión (retinopatía pigmentar).
El aceite de girasol es una de las principales fuentes naturales de vitamina E en la alimentación, por lo que es importante no prescindir de él en las comidas.